No teman a las amenazas

1 Ped 3, 13-16

Y ¿quién podrá hacerles daño si se esfuerzan en hacer el bien?

Felices ustedes si incluso tienen que sufrir por haber actuado bien.

No compartan sus temores ni se asusten, sino bendigan en sus corazones al Señor, a Cristo,

estén siempre dispuestos para dar una respuesta a quien les pida cuenta de su esperanza, pero hagánlo con sencillez y deferencia, sabiendo que tienen la conciencia limpia.

De este modo, si alguien los acusa, la verguenza será para aquellos que calumnian la vida recta de los cristianos.

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