Los ángeles de Dios

Los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses.

Los ángeles son seres espirituales creados por Dios por una libre decisión de su voluntad divina. Son seres inmortales, dotados de inteligencia y voluntad.

Debido a su naturaleza espiritual, los ángeles no pueden ser vistos ni captados por los sentidos. En algunas ocasiones muy especiales, con la intervención de Dios, han podido ser oídos y vistos materialmente. La reacción de las personas al verlos u oírlos ha sido de asombro y de respeto. Por ejemplo, el profeta Daniel y Zacarías. (Biblia)

¿Cuál es su misión?

La misión de los ángeles es amar, servir y dar gloria a Dios, ser mensajeros y cuidar y ayudar a los hombres. Ellos están constantemente en la presencia de Dios, atentos a sus órdenes, orando, adorando, vigilando, cantando y alabando a Dios y pregonando sus perfecciones. Se puede decir que son mediadores, custodios, guardianes, protectores y ministros de la justicia divina.

Nos protegen, nos defienden físicamente y nos fortalecen al combatir las fuerzas del mal. Luchan  con todo su poder por y con nosotros.

Los ángeles nos comunican mensajes importantes del Señor en determinadas circunstancias de la vida. También presentan nuestras oraciones al Señor y nos conducen a Él. Nos acompañar a lo largo de nuestra vida.

 

¿Por qué creer en los ángeles?

La Iglesia ha definido dogma de fe la existencia de los ángeles (creencia cuya verdad no se admiten dudas).

La presencia y la acción de los ángeles aparece a lo largo del Antiguo Testamento, en muchos de sus libros sagrados. Aparece frecuentemente, también, en la vida y enseñanzas de Jesús, en la carta de Pablo, en los Hechos de los Apóstoles y, principalmente, en el Apocalipsis.

 

Días de festividades católicas de los ángeles

Es muy fácil que nos olvidemos de su existencia, por el ajetreo de la vida y principalmente, porque no los vemos.

Este olvido puede hacernos desaprovechar muchas gracias que Dios ha destinado para nosotros a través de los ángeles.

Por esta razón, la Iglesia ha fijado dos festividades para que, al menos dos días al año, nos acordemos de los ángeles y los arcángeles, nos alegremos y agradezcamos a Dios el que nos haya asignado un ángel custodio y aprovechemos estos días para pedir su ayuda.

  • 29 de septiembre: Festividad de los árcangeles  Miguel, Gabriel y Rafael.
  • 2 de octubre: Festividad de los ángeles custodios.



Árcangeles y ángeles custodios

  • Los árcangeles son los «asistentes» de Dios. Son ángeles que están al servicio directo del Señor para cumplir misiones especiales.
  • Árcangel San Miguel:  Su nombre quiere decir «quien ayudó a Dios». Su misión es mantener batalla contra el Maligno y demás demonios para destruir su poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final.
  • Árcangel San Gabriel: Su nombre quiere decir » Dios es fuerte». Su misión ser mensajero de Dios, portador de noticias felices. Anunció a la Virgen María la encarnación del Hijo de Dios.
  • Árcangel San Rafael: Su nombre quiere decir «medicina de Dios». Su misión es ser patrono de los viajeros, de los médicos (enfermedades de alma y cuerpo). También es patrono de los jóvenes y el amor, del noviazgo y las parejas, para conducirlos a un matrimonio feliz según la voluntad de Dios. En la Biblia aparece en el texto de Tobías, lo guío hacia Sara, quien estaba destinada desde siempre por Dios para que sea su esposa.
  • ángeles custodios: Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerlo y facilitarle el camino de la salvación mientras esté en este mundo. «Desde el momento de nacer, cada persona tiene un ángel destinado para su custodia» (San Jerónimo). Son compañeros de viaje, siempre estarán a nuestro lado, en las buenas y en las malas, sin separarse ni un solo momento de nuestro lado.Nos brindan auxilio para enfrentar de mejor ánimo las dificultades y tentaciones de la vida diaria.

 

Pedir ayuda a los ángeles

Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos ni deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios sabe que hay dentro de nuestro corazón. Ellos, en cambio, sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.

En momentos de dificultad, se les puede pedir luz para tomar una decisión, para solucionar un problema, actuar acertadamente y para descubrir la verdad.

Autora: Marilyn, fuente: catholic.net la Red de Católicos Mundial