Sé luz del mundo!


con tus actitudes nobles,

con tu sonrisa,

con tu amabilidad,

con tu simpatía,

con tu cariño,

con tu ternura,

con tu AMOR.

Somos luz del mundo, no debemos escondernos en nuestras casas, en nuestra comodidades. Porque la gente que nos encontremos necesitan de nuestra luz. Con nuestras actitudes, nuestros gestos, podemos dar felicidad y alegrar el día a una o varias personas. Y si no vamos al encuentro de ellas, nunca recibirán la luz que somos, somos luz porque Dios está en nosotros. Somos instrumentos de Dios para extender su Reino aquí en la Tierra. Y a su vez, nosotros nos encontramos con otras personas que también Dios las utiliza como instrumento para que veamos Su amor.

Jesús nos dice: «Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos» (Mt 3, 14-16)

Seamos ejemplo! Difundamos nuestra luz de Dios!

Lo que los jóvenes buscan son ejemplos auténticos de Dios.

Autora: Marilyn

Recibe al Espíritu Santo

Si no está el Espíritu Santo en tu corazón, no es posible una comunión con Dios.

Debemos llenarnos del Espíritu Santo, Él es el verdadero protagonista de la evangelización. Él nos acerca a Dios, porque Él es Dios.

Dios es uno, es la Santísima Trinidad: Dios Padre, Jesús y Espíritu Santo.

Perseguidos y con temor, los apóstoles invocaron a Dios, al Espíritu Santo, el lugar tembló y todos quedaron llenos de Espíritu Santo (Hechos).

La posición por excelencia cristiana para orar es arrodillarse y abrir el corazón para el Señor para llenarnos del Espíritu Santo.

Hay que recibir periódicamente la efusión del Espíritu Santo. Llamarlo no es suficiente. No se trata de repetir oraciones sin entender. Hay que entregarse a Cristo completamente. Hay que insistir que el Espíritu Santo se manifieste, no tiene que ser superficial la oración. Insistir hasta que el Espíritu Santo se derrame.

En la fe católica, la paloma representa al Espíritu Santo.

¿Que se experimenta cuando viene el Espíritu Santo?

El corazón se quebranta cuando llega a tu corazón. Deseo de llorar. La sensación de los pecados apoyado en el amor de Dios.

Y los más maduros en la fe manifiestan una inundación de paz.

No es una energía positiva, eso es un lenguaje que no es católico, es propio de las filosofías orientales. Y eso hace a la perdición de la humanidad, sustituimos a Cristo por las filosofías orientales. Nada tiene que ver con el cristianismo.

Los que critican a la Iglesia católica y negadas totalmente a participar en la Iglesia Católica, es porque no tienen al Espíritu Santo en ellos y están perdidas. Ésto parece drástico pero es verdad. Y si están en la Iglesia Católica pero no participan adecuadamente en la Iglesia, o están en la vida del mundo, también están perdidas, y es más grave el pecado porque conocen a Dios y están perdidos, no lo pone en practica lo que ya conoce de la fe, de Dios. También su corazón está cerrado y no tienen al Espíritu Santo.

¿Manifestaciones de la carencia del Espíritu Santo en tu vida?

Esos problemas económicos en tu familia, ese desorden familiar, ese desorden sexual, esa fuerte tendencia a la lujuria,  a lo prohibido, no es más que la ausencia del Espíritu Santo en ti.

Si abrimos el corazón al Espíritu Santo muchas cosas cambiarán.

¿Es fácil?

No, es difícil. Es difícil sacar tiempo todos los días para estar con el Señor. Es una lucha, porque hay que vencer la pereza, y las fuerzas del mal. Pero hay que hacerlo.

El camino que conduce a la salvación es angosto y difícil, sacrificado, no es tan fácil. Se torna fácil cuando ya recibimos al Espíritu Santo y permanece en nosotros.

Nos enseña Jesús que: Angosto y dificil es el camino del Bien.Ancho y fácil el camino del Mal.

Fuente: texto inspirado en la Predica del Padre Dario Bencosme. República Dominicana. Página web carismáticos hispános.