Soy como el apóstol Pablo

El apóstol Pablo escribe dos cartas a la ciudad de Corinto, dichas cartas aparecen en la Biblia como «1Cor»  y «2 Cor». Era una ciudad de mala reputación, donde según las costumbres paganas vivían millares de prostitutas alrededor del templo de Afrodita.

En la segunda carta, Pablo expresa lo que siente en sus dificultades con los corintios y su sufrimiento ante la falta de comprensión de ellos.

Pablo era incapaz de hablar de sí mismo sin hablar de Cristo. Ese hombre inquieto, que aspiraba a ser comprendido y amado, estaba de tal manera compenetrado del amor de Cristo que no podía expresar ni siquiera una sospecha o un reproche sin llega a los discursos más profundos de la fe»

(Fuente. Explicación en la Biblia, introducción a la 2da carta a los Corintios).

 

Yo me siento como Pablo.  Siento como si viviera en la ciudad de Corinto. Alrededor de impurezas, y libertades que quieren imponer en la sociedad muy contrarias a lo que nos enseña Jesús.

Al igual que Pablo, me siento compenetrada por el amor a Cristo y entonces no puedo dejar de expresarlo aún cuando estoy hablando de cosas sencillas de la vida.

Siento  desconcierto cuando quiero exponer la verdad de Cristo y no soy entendida, soy criticada, juzgada y cuestionada. Como decía Pablo: «de mil maneras demostramos ser auténticos ministros de Dios que lo soportan todo.» (2Cor 6,3). «Unas veces nos honran y otras nos insultan; recibimos tanto críticas como alabanzas, pasamos por mentirosos, aunque decimos la verdad; por desconocidos, aunque nos conocen… se suceden los castigos, pero no somos ajusticiados; nos tocan mil penas, y permanecemos alegres. Somos pobres, y enriquecemos a muchos, no tenemos nada, y lo poseemos todo».

Soy como Pablo, evangelizadora, quiero dar a conocer la Palabra de Dios, quiero que se acerquen y conozcan el Amor de Dios. Como decía Pablo: «Pues, ¿cómo podría alardear de que anuncio el Evangelio? Estoy obligado a hacerlo, y ¡pobre de mi si no proclamo el Evangelio!» (1Cor 9, 16)

Dios se fijó en mi, en mi pequeñez,  me eligió para ser su instrumento en este mundo, para la extensión de su Reino. «La fe renovará la vida entera del nuevo convertido con todo lo que en él está ligado a su cultura y a su ambiente» (Explicación en la Biblia para 1 Cor 9)

Dios me dió sabiduría en fe, luz en el entendimiento para ponerlo a servicio de El, según su Voluntad. Y por medio del entendimiento de Su Palabra, exponer la fe a los jóvenes del mundo y llevarlos hacia El.  Con humildad y respeto.  Como decía Pablo: «¿Cómo podríamos atribuírnos algo a nosotros mismos? Nuestra capacidad viene de Dios» (2 Cor 3, 5). Pablo muestra diferentes aspectos de los dones del Espíritu (que a veces los denomina carismas). Son obras de Dios. Palabras de sabiduría que indican que actitud se debe adoptar. Palabras de conocimiento que revelan algo oculto o lo que Dios va a hacer. La fe que nos da la certeza de que Dios quiere intervenir, y que nos lleva a pedir un milagro. (Explicación en La Biblia para 1 Cor 12).

Sólo quiero hacer de mi vida lo que Dios quiera. Al igual que Pablo, que entregó toda su vida al servicio a Dios, así quiero vivir. Y así, encuentro el sentido de mi vida. Todo es para Dios, vivo para El, vivo en El, vivo con El. Y no me importa lo que digan o piensen de mi los que no entienden. Porque nada de eso es cierto, y lo único que me importa es lo que Dios piense de mi, y no gente que no me conoce ni me entiende.

Me siento como Pablo, ambos: no nos dejamos abatir, no ocultamos lo que parecía humillante en la Palabra de Dios, sólo somos servidores de ustedes y queremos que los hombres descubran en nosotros la Gloria de Dios. (Explicación en la Biblia para 2 Cor 4).

Sigo el llamado de Jesús: «Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación» (Mc 16,15)

Autora. Marilyn